Aislamientos: Lana de roca vs poliestireno



Según algunos estudios, el coste de la gestión y el mantenimiento de un edificio durante toda su vida es mucho superior a cuatro veces el coste de construcción. Por este motivo, los edificios construidos con elementos duraderos y que en definitiva «envejecen adecuadamente», necesitan menos supervisión técnica y rehabilitación, lo que se convierte en un ahorro económico a lo largo de la vida del mismo.

Lana de roca o poliestireno

Aunque existen diferentes materiales, dos de los aislantes más utilizados por su calidad y comportamiento, son la lana de roca y el poliestireno. Ambos nos ofrecen reducir el consumo energético y proteger nuestros hogares, pero veamos en detalle las características principales de cada material.

Lana de roca

La lana de roca, perteneciente a la familia de las lanas minerales, es un material fabricado a partir de la roca volcánica. Se utiliza principalmente como aislante térmico y como protección pasiva contra el fuego en la edificación, debido a su estructura fibrosa multidireccional, que le permite albergar aire relativamente inmóvil en su interior.

Tiene un rendimiento excelente, tanto en aislamiento térmico como acústico, durabilidad y resistencia al fuego. Garantiza el ahorro económico y mantiene sus propiedades de forma estable a lo largo del tiempo.

La lana de roca se utiliza también como material en sistemas de aislamiento contra el ruido y es muy utilizada para combatir humedades por condensación dentro de las viviendas.

Se presenta en diferentes formatos:  paneles rígidos, mantas semirrígidas y rígidas, baldosas e incluso a granel. Otra interesante característica de la lana de roca es que, puede diseñarse para que absorba, repela o haga recircular el agua, según sea necesario. Aunque, de cara a otras consideraciones, es importante distinguir entre la lana de roca y la lana mineral (fabricado a partir de minerales como la roca de basalto, escorias de alto horno o vidrio reciclado), ambos materiales confieren aislamientos térmicos, acústicos o ignífugos similares.

Poliestireno

La resistencia del poliestireno es muy notable, ya sea extruido (denominado XPS) o expandido (denominado EPS). Además el poliestireno extruido es impermeable al agua, lo que lo hace adecuado en muchas ocasiones para aumentar (no sustituir)

las prestaciones de los sistemas de impermeabilización. Las prestaciones mecánicas del poliestireno extruido también son muy altas, por lo que pueden utilizarse para realizar cubiertas transitables, aislamientos bajo soleras sanitarias o recrecidos de suelos, o para aislamientos de fachadas, en lo que hoy se conoce como SATE (sistemas de aislamiento térmico exterior)

El poliestireno extruido se presenta en planchas rígidas, conformes a la norma UNE EN 13164, con diferentes espesores y perfiles de juntas perimetrales (machihembrado, corte recto, etc).

Las características principales de estos materiales a la hora de elegirlos para una solución constructiva de aislamiento son la Transmitancia, lambda (W/m²·K) , Comportamiento al fuego, Comportamiento al agua, Densidad (kg/m3) y Circularidad 

AISLAMIENTO LAMBDA O CONDUCTIVIDAD TÉRMICA

El valor lambda representa la conductividad térmica de un material y se expresa en vatios por metro-kelvin (W/mK). Esta conductividad no es otra que el calor (W) que se escapa por una superficie de un metro cuadrado de material (m) a una diferencia de temperatura de un grado Kelvin (K). Cuanto mayor sea el valor lambda de un material, más conduce el calor y menos aísla. Así pues, es mejor optar por un aislante cuyo valor lambda sea lo más bajo posible.

El valor de aislamiento lambda del XPS está entre 0,033 W/mK y 0,035 W/mK. A modo de comparación, los valores lambda de PIR y PUR están entre 0,021 W/mK y 0,028 W/mK, y los de lana de roca entre 0,031 W/mK y 0,044 W/mK. 

VALOR DE AISLAMIENTO R O RESISTENCIA TÉRMICA

Otro valor de aislamiento crucial es el valor R, que representa la resistencia térmica de un material y se expresa en metros cuadrados-kelvin por vatio (m2K/W). Para obtener el valor R, simplemente hay que dividir el grosor del material por su valor lambda. Cuanto mayor sea este valor, mayor será la resistencia al calor de un material. En otras palabras, cuanto mejor sea el valor R, mejor será el nivel de aislamiento 

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